La Agenda 2030 para el desarrollo sostenible enfatiza la implementación de medidas efectivas y equitativas para abordar el desafío urgente del cambio climático. El despliegue de las tecnologías bajas en carbono, como los paneles solares, las turbinas eólicas y las baterías de iones de litio, altamente intensivas en minerales, incentivará una fuerte expansión de las actividades mineras en América Latina y el Caribe.
La presencia de minerales como el litio, el cobre, el níquel, entre otros, en los países de América Latina y el Caribe presenta opciones de desarrollo del sector minero y oportunidades de diversificación productiva y agregación de valor, tanto aguas arriba como aguas abajo, generación de redes de proveedores locales e integración y cooperación regional. Sin embargo, el suministro confiable y asequible de estos recursos está sujeto a riesgos por el lado de la oferta y a presiones inducidas por la demanda.
Para aprovechar las oportunidades de la actividad minera de la región y minimizar sus potenciales amenazas, se requiere de una visión estratégica de largo plazo que busque el desarrollo económico y social, y la protección del medio ambiente. Para que la región transite hacia modelos de extracción más sostenibles, es necesario contar, entre otros, con un mayor despliegue de las energías renovables en el sector minero, una gestión hídrica integral, nuevos modelos de economía circular, revalorización de desechos, menor huella de carbono y protección del patrimonio natural crítico.
En este Boletín se revisan las oportunidades y los desafíos para América Latina en torno a la creciente demanda global de los minerales críticos requeridos para la transición energética y la electromovilidad, con el objetivo de promover el debate sobre el papel de los metales y minerales para un modelo de desarrollo más productivo, inclusivo y sostenible.
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